En el lienzo blanco de la vida deseo que
sean nuestros colores quienes dibujen los paisajes de nuestras esperanzas.
Deseo que los dibujemos a nuestra velocidad, con la intensidad en los trazos
que son determinados por la esencia albergada en nuestra alma. Que la caligrafía
sea expuesta por nuestros corazones, que albergue el lenguaje inentendible del
amor que fundió las fuerzas ocultas que permitieron sobrevivir nuestros
sentimientos a pesar del paso del tiempo.
Deseo que utilicemos nuestras manos para
definir lo ilógico del amor que nos tiene hoy frente a un futuro único y
singular, que sea entre tus risas y mis abrazos que pasemos tardes
interminables tratando de exponer lo que nos une. Deseo que plasmemos las
esperanzas que unen nuestros futuros tan paralelamente incomprensibles.
Que en aquella pared blanca sea el
reflejo transparente de nuestros pensamientos, que sea el testigo eterno y
silencioso de aquello que nos tiene hoy al frente de nuestro futuro, que sea el
grito que nos recuerde durante las noches oscuras de nuestra relación el motivo
por el cual decidimos unir nuestras dispares almas.
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