Ando peleando como un loco contra aquel pedazo
de papel, aquel calendario que se contonea orgullosamente sobre la pared. El es
mi enemigo, el que me mira fijamente cada mañana y cada noche en
mi habitación, aquel que como asesino sin cuartel cada día marca un día
más de tristeza y sufrimiento. Aquel arbitro que no tiene piedad contra mí
maltratado corazón. Aquel que me recuerda la soledad que rodea mi existencia
cada. Aquel que con sus números cuantifica mi ansiedad por volver a verte.
Su paso cansino pero continuo hace largos mis
días, interminables los minutos y eternos los segundos. Asesino sin piedad cada
noche un número, pero sin tregua se reproducen interminablemente al siguiente
día. Cada uno de ellos construyendo barreras que me alejan de tu existencia,
del futuro que anhelo cada vez que cierro mis ojos, del momento incomparable
cuando nuestras presencias se unan por la eternidad.
Ahora marco cada día, esperando tu regreso,
sabiendo que el fin se cierne sobre aquel pedazo de papel y todos sus seguidores.
Porque cuando la meta está más cerca, mas eterna es la espera. Porque cuando la
noche más oscura esta, más cerca está la mañana. Cada mañana, es una noche más
cerca del momento de tu regreso, para que vuelvas e ilumines mis días…. pequeño
sol eterno de amor, para que quemes con tu presencia la constante apariencia
fría del calendario que esta encima de mi cama.




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