En un mundo donde los principios desaparecen de las vidas como la luz de las estrellas al amanecer, cuando las creencias son tan volátiles como las acciones en la bolsa y se sujetan al movimiento constante de nuestra sociedad. Cuando creemos ciegamente en que el pensar de la multitud debe guiar nuestro recorrido por la vida, cuando traicionamos nuestro interior por buscar la aceptación general.
Bajo este mundo, guio mis pasos como caballero estancado en un
tiempo donde mis creencias y principios pertenecen a tiempos olvidados. Siendo
presa de los actos que un tiempo fueron aceptables y que hoy se oxidaron bajo
expectativas de una sociedad consumista. Camino y sonrió mientras veo las caras
de asombro de aquellos que me rodean, mientras en sus mentes estudian sin
creerlo que alguien dirija cada paso bajo las banderas que los ejércitos de mis
principios lo hacen.
Camino y entiendo que el repudio a mis acciones se generan en la
mentes vacías de principios de esta sociedad.
Veo con asombro que el camino mas fácil es aquel que repudia cada
pensamiento y decisión mía. Y aunque el caminar es solitario en muchos
instantes, cuento con el orgullo de levantarme cada mañana y ver el reflejo de
mi alma y sentirme orgulloso.
Nunca me traicionare, aunque ello implique caminar por un valle de
sombras, aunque el camino sea solitario, deseo poder tener la vista en alto y
que nunca dude que sin importar los errores que haya cometido en mi vida, los cometí bajo las banderas de mis principios que juren defender con lealtad.
Ojala nunca deje de ver mi reflejo cristalino en el agua del tiempo que pasa
bajo el puente de mi vida. Ojala los principios míos nunca desaparezcan bajo la
mirada atenta de mi miedo a la soledad, ojala los principios sean eternos tal
como la vida de aquel que se deje guiar por ellos.
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