Me he tomado el tiempo necesario para
analizar mis sentimientos, para entender las oportunidades olvidadas del
destino. He querido poder cuantificar las razones que hicieron que vuelvas a
mi, sin encontrar formula matemática que me arroje las variable que nos
llevaron a esta situación. He querido estimar los conceptos que permitieron que
los sentimientos hayan podido perdurar por los días y noches de nuestra lejanía
y que hoy nos permiten darnos esta oportunidad.
Mis miedos residen en que mi pasado sea
capaz de alejarme nuevamente de ti, recuerdo noches olvidadas donde los colores
del lienzo de la vida se encontraban invertidos. Quizás hoy por fin encontré
aquella magia olvidada bajo las piedras de los insospechado. No maldigo las
decisiones que tome porque al final me llevaron al punto donde nuestras almas
se encontraron de nuevo. Quizás fue necesaria la espera para que el disfrute
fuera eterno.
Alguien una vez recito que las penas del
pasado no deberían entristecer nuestros días, y que la incertidumbre del futuro
no debería llenar de nubarrones los cielos de nuestras esperanzas. Sonó muy
cuerdo en el momento y lo sigue sonando, pero difícil de aplicar. Porque
caminamos sin notar que a veces perdemos el camino por el cual nuestra alma
será feliz. Motivo por el cual mi alma se ha decidió a disfrutar el instante
sublime y pasajero en el cual escribo estas palabras gracias a tu simple
recuerdo.
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