Bajo la luz de la luna, entre el grupo de tus amigos, con tu sonrisa gitana, con tus ojos almendrados y tu pelo negro… te vi. A lo lejos y sin mediar palabra me enamore. Fueron las horas que pase hablando contigo que me envolvieron en las nubes escurridizas del amor. Fue el olor de tu fragancia que me impido perderme entre la monotonía del mundo. Fueron tus sueños y metas que como piratas tomaron el barco de mi vida por asalto, dejándome llevar por los vientos de tu presencia hacia aguas desconocidas.
Fue el arcoíris de tu esperanza que embelleció mi triste realidad, fueron tus palabras que como faroles me guiaron por el espeso bosque de las decisiones. Alrededor de ti, la pasión y el amor fluyen como torrente invernal e inundan mi desolada alma. Dejando que el sosiego de tu presencia me permita ver mi futuro con alegría.
Fueron noches tristes y de incertidumbre las que pase mientras conquistaba los parajes lejanos de tu amor, pero días llenos de sol los que vivo bajo tu luz. Y aunque mil espejos no podrán contener lo hermoso de tu presencia, es el regalo divino de verte a diario el que me mantiene respirando y sonriendo.
0 comentarios:
Publicar un comentario